Entrevista…
La semana pasada visitamos en Villafranca del Bierzo la Bodega Demencia y hemos podido hablar con Nacho León, su propietario.
Os dejamos la charla con él.
Pregunta:
¿Cómo nace la bodega y/o cuál es vuestra historia?
Respuesta:
El proyecto Demencia surgió de manera inesperada como la respuesta para la recuperación y puesta en valor del viñedo viejo berciano, en especial de la variedad Mencía. Allá por el año 2006, era bastante frecuente escuchar que la Mencía era una variedad no apta para vinos de guarda, y que sólo valía para vinos jóvenes.
El relevo generacional en el campo está siendo una barrera para el mantenimiento de un patrimonio vitícola único en todo el mundo. Esto unido al boom del ladrillo de aquella época hacía que los jóvenes no pusieran sus ilusiones en el mundo rural, perdiéndose y abandonándose algunas viñas de enorme potencial en manos de personas mayores que no tenían continuidad. Así es como adquirimos nuestras primeras parcelas de viñedo viejo en Valtuille de Abajo, concretamos en uno de los parajes de mayor importancia en estos momentos: Villegas.
P.: ¿Qué características de vuestras viñas hacen los vinos?
R.: El viñedo berciano en general tiene unas características que son únicas y que le posicionan en lo más alto del escalafón dentro de los viñedos del mundo. Evidentemente nosotros no hacemos más que tratar de interpretar este enorme potencial. Nos apoyamos como te decía en viñedos viejos, pero también consideramos enormemente la posibilidad que tenemos de trabajar con variedades autóctonas. Todo esto, unido al minifundismo y a nuestro microclima, permiten que nuestros vinos tengan un equilibrio, estructura y frescura adecuados para la elaboración de vinos de guarda.
P.: ¿Qué 3 cosas consideras imprescindibles para hacer un buen vino?
R.: Limpieza, limpieza y limpieza.
P.: ¿Cuál es vuestra uva favorita?
R.: Personalmente me encantan la Mencía y la Godello, pero de otras partes del Mundo sin duda me atrae mucho la Riesling, y quizás la Shyraz en tintos.
P.: ¿En qué mercados están presentes vuestros vinos?
R.: Tenemos presencia en varios mercados, pero en todo caso en pequeñas cantidades. No vendemos a grandes compañías, trabajamos con personas cercanas a nuestro proyecto y sensibles con nuestras inquietudes. Tenemos clientes en Francia, Reino Unido, Canadá, Estados Unidos, Bélgica, Holanda y Alemania en este año 2020.
P.: Si tuvieses que elegir un momento para cada vino de la bodega, ¿cuál sería? (para beberlo, para recordarlo…)
R.: Empezamos por el vino que tengo más claro: nuestro tinto Cachicán sin duda es un vino de bodega, o incluso de parrillada veraniega. Para beber fresco y acompañar con carnes a la brasa y alegría. El caso de nuestros Pyjamas es mas complejo, es sin duda nuestro vino más versátil. Es muy agradable para tomar en nuestras añoradas barras, se me ocurre que con conservas frescas y también con embutidos y quesos.
Para el Demencia, el momento es muy personal. Se trata de un vino más complejo y quizás complicado, y requiere de cierta preparación y liturgia. Quizás para alguna celebración familiar importante. En ocasiones prefiero no obstante beber el Demencia en solitario, sin ni siquiera comida. Podríamos decir que es un vino de chimenea, para degustar a sorbos al calor del fuego después de un día de trabajo, escuchando música ¿por qué no?
P.: ¿Por qué D.O. Bierzo?
R.: Es un tesoro todavía por descubrir. Cuando empezamos a comercializar nuestros vinos en el año 2009, era raro encontrar un vino del Bierzo en las cartas de los restaurantes que visitábamos. Hoy, cualquier restaurante que se precie en el cuidado del vino, cuenta con una o varias referencias de nuestra DO. Pues queda mucho trabajo por hacer, definir mejores vinos y comunicar y comercializarlos adecuadamente aportando valor a nuestra comarca.

P.: Dinos, cuál es la filosofía de vuestra bodega.
R.: Nuestra misión principalmente es crear un proyecto sostenible, capaz de aportar valor a la uva, además, mantener y recuperar nuestros viñedos heredando su mejor potencial. Así creamos elaboraciones artesanales, una cuidadosa crianza y un consumo tradicional asociado a una cultura pero, sin dejar de lado las últimas tendencias y respondiendo a los cambios de manera rápida y personal.
P.: Alguna anécdota o secreto que nos puedas contar…
R.: Los secretos nos los guardamos, dejarían de ser tales.
Respecto a las anécdotas, pues posiblemente podríamos decir que el vino es una sucesión de ellas que se inician cuando nuestros antepasados, y que suceden años tras años en las podas, tratamientos, elaboraciones, trasiegos, crianzas… hay un sinfín de anécdotas que hacen del vino un producto único y mágico.
P.: ¿Qué novedades/proyectos tenéis para el próximo año? (Vamos a olvidar un poco este por un momento…)
R.: Este año está siendo maravilloso en algunos aspectos. Nos ha permitido acercarnos aún más si cabe a la realidad que vivimos, profundizar en el conocimiento de nuestras viñas, nuestros parajes, sus diferentes perfiles. Es un año en el que hemos estudiado a fondo nuestra manera de trabajar, y tenemos conclusiones que se verán en nuestros vinos, siempre a pequeña escala.
En cuanto a novedades, destacamos que a finales de noviembre nos hemos atrevido con la elaboración de un vino dulce natural de Mencía. Recogimos racimos abandonados en Villafranca del Bierzo eligiendo los más sanos y tremendamente pasificados. El rendimiento ha sido bajísimo, y la elaboración está siendo laboriosa. Un estímulo más para mirar hacia adelante.